CHARLIE HOORNAERT

« En un mundo donde todo va muy rápido, tengo la capacidad de detener el tiempo, de congelarlo o de contemplarlo. Para mí, eso es un superpoder.

Fotógrafo autodidacta establecido en México desde 2022, Charlie Hoornaert explora la belleza del instante, de lo cotidiano y del compromiso humano a través de un enfoque profundamente sensible e intuitivo. Su mirada, afinada por años de observación silenciosa y práctica rigurosa, busca la belleza en los detalles ordinarios: una sombra, una luz, un gesto fugaz.

Nacido en agosto de 1985 en Roncq, en el norte de Francia, Charlie creció junto a sus dos hermanos. Desde la infancia, se distingue por una naturaleza contemplativa y soñadora. Alejado de los estándares escolares, prefiere los paseos en familia, la observación del mundo que lo rodea… y las fotos de su abuelo, fotógrafo aficionado. En aquel entonces, la imagen lo intrigaba, pero le parecía lejana, casi sagrada.

En 2007, ingresó a la Escuela de Suboficiales de Saint-Maixent. Sus primeros sueldos le permitieron comprarse una cámara réflex: una revelación. Fotografía por instinto, va moldeando su mirada a lo largo de sus experiencias, aunque la técnica todavía se le escapa. Es en el encuadre donde encuentra su primer lenguaje.

El año 2012 marca un punto de inflexión: su compañera le regala cursos especializados en París. Las herramientas técnicas desbloquean entonces toda una gramática visual. Desde ese momento, no sale sin su cámara, se maravilla ante cada cosa: una luz rasante, una textura urbana, un reflejo inesperado. Desarrolla una escritura visual a la vez instintiva y precisa, impregnada de humanismo.

En busca de un equipo más orgánico, este cambio nutre una relación más táctil y sensorial con la imagen, afinando su retoque digital que considera su “cuarto oscuro personal”. Su estilo se afirma, entre una poesía discreta y una mirada comprometida con el mundo.

En 2022, se instala en México con su familia. Es aquí donde su trabajo se despliega plenamente: fotografía callejera, retratos, eventos culturales, series personales. Captura el bullicio vibrante del día a día mexicano, pero siempre con esa voluntad de suspender el tiempo. Se involucra en proyectos solidarios: retratos voluntarios para la asociación Lázaro, documentaciones fotográficas de sobrevivientes de cáncer que ascienden cumbres mexicanas con Cimas de la Esperanza, un proyecto especialmente personal tras la pérdida de su padre por cáncer a los 55 años.

Su compromiso también pasa por la pedagogía. Enseña fotografía a adolescentes y adultos con una fuerte convicción: hacer accesible la imagen, permitir que cada quien cree su propia visión en lugar de ceder a los automatismos. Para él, la fotografía es una herramienta de emancipación, una forma de reconectarse con lo real y de mirarlo con una visión singular.

Influenciado por un enfoque contemplativo y profundamente humano, Charlie Hoornaert ve en la fotografía un acto de resistencia suave: ralentizar, sentir, traducir. Explora el movimiento, los cambios de perspectiva, el asombro ante las texturas, luces y presencias efímeras. Sus imágenes no buscan impresionar, sino conmover.

Cimas de la Esperanza – Fotografías de la ascensión de sobrevivientes de cáncer (México)

Memoria de lo cotidiano – Serie sobre la vida ordinaria mexicana, vendida para alimentar los recuerdos de los habitantes

Exposiciones solidarias – Ventas en beneficio de acciones asociativas

Clases y talleres de fotografía – Transmisión de un saber sensible y accesible

Fotógrafo del instante y de lo sensible, Charlie Hoornaert busca congelar esos fragmentos de vida que ya no se miran, tender puentes entre lo íntimo y lo universal. A su manera, detiene el tiempo. No para huir del mundo, sino para amarlo mejor.